martes, 9 de noviembre de 2010

Un niño inglés Autista lleva cuatro años sin comer por una extraña fobia a los alimentos.

"No hay ninguna enfermedad que obligue a nuestro hijo a no comer, todo está en su mente", afirma su padre

Daniel Harrison, un niño de Nottingham (Inglaterra), lleva cuatro años sin comer absolutamente nada debido a una extraña fobia a los alimentos.

Según publica el diario inglés Mail Online --Agony of the little boy who hasn't eaten anything in FOUR years-- el problema de Daniel comenzó a los pocos días de nacer, ya que sufrió problemas con la lactancia mientras era un bebé.

La fobia de Daniel, que también padece autismo, ha hecho que solo pueda alimentarse a través de un tubo colocado en su estómago y conectado a una máquina.

Sus padres, Kevin y Catherine, han gastado su dinero en continuos viajes a Londres para buscar un remedio en el  reconocido Ormond Street Hospital. Allí, Daniel ha sido tratado con numerosos procedimientos médicos e incluso con operaciones, pero los médicos no han sido capaces de ayudarle.

En 2009, David contrajo la gripe porcina que se complicó con una neumonía. Los doctores consiguieron que superara la enfermedad pero no han podido ayudarle con su fobia a los alimentos.

Ahora, la familia necesita reunir 20.000 libras para costear un viaje a una exclusiva clínica austriaca, el Hospital Universitario de Graz, donde podrían ayudar a su hijo.

Kevin, el padre de Daniel, considera esta oportunidad como su última esperanza, ya que en este hospital han tratado con éxito a personas con el mismo problema que Daniel. Kevin asegura que la sanidad pública del Reino Unido se ha negado a ofrecerles financiación para viajar a Austria.

El caso del pequeño es extremadamente raro, ya que en Graz solo han visto 12 casos en los últimos 22 años. En el hospital austriaco utilizan una serie de métodos no practicados en el Reino Unido que hacen que los niños se den cuenta de que realmente necesitan la comida.

El padre de David, Kevin, ha declarado que su sueño es ver a su hijo comer como otro niño cualquier. Kevin afirma: "No hay ninguna enfermedad que obligue a nuestro hijo a no comer, todo está en su mente, pero no ha habido nadie que le ayude a superar eso"

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